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No hay desierto

Lucía Golluscio: la cultura mapuche se centra en la palabra

Lucía Golluscio: la cultura mapuche se centra en la palabra

Por Adrián Moyano 



Llegó a Bariloche hace 30 años para enseñar Teoría Literaria pero un proyecto de investigación el cambió la vida académica. La doctora Golluscio está entre nosotros por estos días y aspira a consultar a algunos de los protagonistas de su libro, para presentarlo como corresponde. Aquí, anticipa el contenido de “El Pueblo Mapuche: poéticas de pertenencia y devenir”.

 

            Lucía Golluscio es doctora en Letras por la Universidad de La Plata y profesora asociada de Etnolingüística en la Universidad de Buenos Aires, entre otros datos salientes de su actividad. En su momento, recaló aquí y según nos dice, una experiencia de trabajo en el Centro Regional Universitario Bariloche cambió su vida académica. Por estos días está en la ciudad con “El Pueblo Mapuche: poéticas de pertenencia y devenir” bajo el brazo, un libro de su autoría al que espera dar a conocer en breve

 

¿Con qué se va a encontrar la persona interesada en la gran problemática general del pueblo mapuche, en las páginas de Poéticas de pertenencia y devenir?

 

Se va a encontrar con textos de distintos géneros, desde tradicionales hasta un reclamo por Internet o una ponencia en un congreso. O sea que hay textos recogidos por mí en el campo, en la lengua, desde hace muchos años. Casi 30... Por otro lado, hay textos producidos por las organizaciones de distintos lugares. Lo que buscaba y me interesó, es que la cultura mapuche es una cultura que se centra en la palabra. Entonces, lo que atraviesa el libro, pero no por mí, sino porque así es la cultura mapuche a mi modo de ver, es la función central que cumple la lengua y el discurso en la construcción de las relaciones sociales, la interpersonales y también de las identidades.

 

En la actualidad, afortunadamente hay muchos jóvenes antropólogos, lingüistas y también empieza a haber historiadores que se interesan por estas temáticas. Pero hace 30 años, ¿por qué te interesaste vos?

 

Bueno, porque vine a trabajar acá, al Centro Regional Universitario Bariloche. Yo había terminado la carrera de Letras en la Universidad de Buenos Aires, que no tenía o tenía un lugar mínimo para las lenguas indígenas. En ese momento, había una sola materia,  que era Lingüística. Pero cuando vine acá, Francisco de Haro, que dirigía el CRUB, me invitó a participar de un proyecto interdisciplinario que se estaba gestando o llevando a cabo, centrado en las comunidades de Neuquén y Río Negro. La experiencia fue maravillosa... Vos pensá que yo soy muy urbana, soy de un barrio de Buenos Aires, o sea que si yo no hubiese tenido esa experiencia, hubiera vivido aburridamente o canalizado mis inquietudes por otro lado. Pero eran los 70, entonces tenía la posibilidad de reunir el compromiso social con los elementos técnicos que podía haber adquirido en la facultad. Además, en el marco de un equipo, porque había antropólogos y una socióloga. El mayor privilegio fue ir al campo.

 

¿Esa es la génesis de tu libro?

 

Claro que sí, porque la primera vez fuimos a Anekon Grande... Cuando volví en tren desde Anekon hasta acá, sentí que eso era lo que tenía que hacer. Yo había venido acá a enseñar Teoría Literaria. Pero no.

 

Terminaste aprendiendo...

 

Claro que sí. Me tuve que poner urgente. La primera vez que fui al campo, recogí material y después no sabía qué hacer con la lengua en ese casete, porque no había aprendido cómo transcribir. Así que tuve que empezar a formarme con una profesora de Buenos Aires, Emma Gregores. Tuve el privilegio de conocer a estos ancianos que te he nombrado.

 

Pero por lo menos en las palabras que estamos teniendo, se advierte una constatación que hasta hace poco no era muy frecuente: el carácter dinámico de la cultura mapuche.

 

Sí, claro que sí. Porque fijate vos que se puede pensar, y lo pueden decir los mismos jóvenes mapuches, en que ha habido un proceso de retroceso porque la presión del español fue muy fuerte y ha sido muy prolongada. Es un país donde desde la escuela y la formación del Estado nacional, el español era la única lengua. Además, el español del Río de la Plata, porque también se menospreciaba a las variedades regionales del español... Eso se da, pero yo fui notando y procuro también mostrar con este libro, que hubo muchos estudios sobre la muerte de la lengua. Todo el mundo busca el último hablante. Como diría Jorge Nahuel, es como si quisieran tener la primicia. Pareciera que el lingüista tuviera que tener la primicia de ir diagnosticando la muerte de lenguas en tal lado o en tal otro. En el caso de los mapuches, eso viene de los misioneros y gramáticos que en el siglo XIX ya decían que ellos tenían los testimonios de los últimos hablantes... Yo he ido en el 74 a Ancatruz y volví en los 90 y los hijos siguen haciendo el ngellipun, en él se habla la lengua. Entonces, me interesaba ver qué pasaba con la lengua, con las prácticas sociales del pueblo mapuche que seguían utilizando la lengua y el discurso, a veces hasta en español, para la construcción de la identidad. Entonces, lo que noté es que hay un fenómeno recurrente, que es el hablar sobre la lengua. Hay una especie de tensión permanente entre el retroceso en el uso y el poner a la lengua como tema, el hablar sobre la lengua. Eso es maravilloso, porque al hablar sobre la lengua, se convierte en metonimia del pueblo mapuche.

 

Creo que en la agenda de las organizaciones, por más distintas que sean sus inquietudes, la preservación, recuperación y desarrollo del idioma, siempre figura. Está en todas.

 

Claro, porque no en todos los pueblos la lengua ocupa el lugar central que ocupa en el pueblo mapuche. Hay otros pueblos en los que a lo mejor son otras las prácticas culturales que tienen el valor prioritario.

 

¿Qué te propusiste con el libro? ¿Es una síntesis? En el título hay una pista, porque al referirte al devenir, uno supone que hay una perspectiva de futuro.

 

En cuanto te ponés a examinar estos discursos de distintos géneros, de gente urbana o rural, siempre se advierte esta doble dirección en la construcción de la identidad: la de anclarse en el pasado, en los ancestros o en los ancianos, y la de producir el futuro. Pero además, es poéticamente. Cualquier conversación cotidiana entre dos mapuches hablantes, se va a estructura sobre la base del paralelismo, de la metáfora... O sea, se va a estructurar poéticamente. Se habla poéticamente, aunque sea una conversación como la que estamos manteniendo vos y yo. El paralelismo estructura no sólo los cuentos, sino también las conversaciones. Entonces, el libro se fue haciendo. La investigación en sus orígenes era registrar los modos que podía yo alcanzar a lo largo del área mapuche donde yo pude ir. Pero después se fue gestando esto, que no tiene que ver conmigo, sino con el dinamismo del pueblo mapuche y la riqueza que tiene.

1 comentario

Horacio Chans -

HISTORIA SINGULAR: RECONOCIMIENTO AL MÉRITO: EL CAPITÁN RUFINO SOLANO, SINGULAR PERSONAJE HISTÓRICO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Y DE ARGENTINA.-

Hace casi un siglo, a la edad de 76 años, dejaba de existir el capitán azuleño don Rufino Solano. Este muy particular militar, recordado como “El diplomático de las pampas”, desplegó inigualables acciones en favor de la paz, la libertad y la vida en la denominada “frontera del desierto”. Como resultado de estas acciones Rufino Solano, mediante su trato proverbial con el aborigen, consiguió redimir PERSONALMENTE a centenares de mujeres, niños y otros prisioneros, de ambos bandos, impulsado siempre por un notable y especial sentimiento hacia el género, encarnado en la lacerada figura de la cautiva.
Asimismo, se destacan entre sus acciones, el haber evitado sangrientos enfrentamientos mediante sus prodigiosos oficios de mediador y pacificador, pactando con los máximos caciques indígenas (Calfucurá, Namuncurá, Pincén, Catriel, Coliqueo, Sayhueque, entre muchos más), numerosos acuerdos de paz y de canjes de prisioneros. Realizando esta arriesgada tarea en beneficio de la población de Azul y de numerosas localidades de la Provincia de Buenos Aires e incluso de otras provincias aledañas. Entre otras significativas intervenciones del capitán Rufino Solano, se encuentra la de haber formado parte de los cimientes que dieron origen a las actuales ciudades de Olavarría y San Carlos de Bolívar, entre otras más.-
En el plano religioso, cumplió destacado protagonismo sirviendo de enlace en la acción evangelizadora hacia el aborigen llevada a cabo por la Iglesia de aquella época. En cumplimiento de esta última actividad, se lo vio prestando estrecha y activa colaboración al Padre Jorge María Salvaire, fundador de la Gran Basílica de Luján denominado “El misionero del desierto y de la Virgen del Luján” (participó en la célebre expedición a los toldos del cacique Namuncurá) y actuando de ineludible interlocutor entre los jerarcas aborígenes y el Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires, en la persona del Arzobispo Dr. León Federico Aneiros, llamado “El Padre de los Indios”.
Esta encomiable labor del capitán Rufino Solano fue desarrollada durante sus más de veinte años de carrera militar y continuó ejerciéndola después de su retiro hasta su muerte, ocurrida en 1913. Actualmente obra en la Legislatura de la Pcia. de Buenos Aires, un proyecto de ley para declararlo Ciudadano Ilustre de dicha provincia.-
http://elcapitanrufinosolano.blogspot.com